Estás loca, Marta.



- Estás loca Marta. ¿El Tió no, porque promueve el uso de la violencia…?
- Para un beneficio propio.
- “Para un beneficio propio”, sí. Pero a ver, que es un trozo de madera…
- Sí, pero se le trata como si fuera un ser vivo, ¿o tú no lo abrigabas con mantitas y le dabas de comer, a tu Tió?
- Vale, bueno… entonces imagino que el pobre Papá Noel queda directamente descartado…
- Claro.
- ¿Porque es del color de la Coca Cola?
- Y porque es un hombre con obesidad que trabaja para el capitalismo. Además, entra en las casas de la gente mientras duermen. Es un horror. 
- ¿Y el pesebre qué? Así, más inocente…
- Piensa un poquito, Carlos. El pesebre es una representación fantasiosa de la verdadera precariedad que sufría la clase media en la época del “nacimiento de Jesús”…
- Yo es que no pienso tanto, Marta…
- Ya se nota.
- Pero con los reyes magos no hay problema, ¿no? Son inclusivos. Hay uno blanco, uno moreno y uno ne…
- ¿Cómo que no hay problema?¿Y la mujer donde queda, Carlos? ¿Cuál es el papel de la mujer en esta historia, parir? ¿Qué tiene, un papel o un trapo, eh? Dímelo tú.
- Pero Marta…
- Dímelo tú. Dímelo tú, ¡señorito “las damas primero”!
- Para, para, para, Marta. Escucha, lo tengo: “Las tres reinas magas”.
- ¿Qué?
- Serán tres mujeres empoderadas y, además… ¡de distintas razas!
- ¿Estás a favor de la monarquía?
- No puede ser…
- Dime, Carlos. Estás a favor de la monarquía. 
- Pues que sean tres camellas. Las tres reinas camellas. ¿Qué tal?
- Carlos, siento decirte que no criaremos hijos veganos para que los regalos se los traigan las tres esclavizadas camellas, por favor…
- Pues Marta, me rindo.
- No hombre… pero algo habrá que hacerles por Navidad, ¿no? 
- Dímelo tú. 
- ¿Cómo les daremos sus regalos? ¿Dónde está la magia, Carlos?
- Marta, ¿esto es en serio?
- Joder, claro. Me preocupa la felicidad de nuestros futuros hijos. 
- Mira cariño, hagamos una cosa. Lo más probable es que, si estamos vivos y tenemos la suficiente estabilidad económica como para ser padres, Amazon habrá creado ya  unos drones-robot sin género ni raza que entreguen nuestras compras a domicilio a ritmo de villancicos. 
- ¿Villancicos tradicionales…? 
- O la canción más vendida de Itunes. Y seguro que además te deja añadir la felicitación de un Youtuber, un hashtag familiar, y te regala un descuento para la próxima compra.
- Oye Carlos… Pues ni tan mal.
- Ni tan mal, ¿verdad? Hasta molaría.
- Pues sí. Hasta molaría.  

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